Parábolas en Lucas
En el Evangelio de Lucas, la parábola del buen samaritano forma parte de la conversación de Jesús con el maestro de la ley acerca del amor a Dios y a los compatriotas (prójimo). Para entender mejor la estructura de este pasaje en Lucas 10:25-37 incluyendo la parábola dentro del diálogo con el maestro de la ley, es necesario estudiar la función de las parábolas en el Evangelio de Lucas.
¿A qué tipo de discurso nos referimos cuando usamos el término parábola? Una parábola es un relato que se refiere a algo que está por fuera de la misma parábola. Las parábolas de Jesús hacen alusión al Reino de Dios.
El término parábola proviene del griego παραβολη; (parábolas) con una amplia gama de sentido que incluye, por ejemplo, lo que llamamos adivinanzas. La palabra griega παραβολη era traducida frecuentemente como מָשָׁל (mšl) en las escrituras hebreas, pero este término hebreo tiene además una gama de significados mucho más amplia que en griego, de modo que מָשָׁל incluye también, los proverbios.
Aunque están relacionadas con otros tipos de discursos como adivinanzas y proverbios, las parábolas enfatizan el relato como tal. Las parábolas de Jesús son relatos que se refieren al ámbito del poder de Dios, al Reino de Dios.
En el Evangelio de Lucas, así como en los Evangelios de Mateo y Marcos, las parábolas de Jesús tienen casi siempre un ambiente muy familiar y también suelen tener algún elemento sorprendente que ponen «de cabezas» ese mundo tan familiar. Esto es lo que está haciendo ahora el poder de Dios, según lo dicho por Jesús. ¿Cómo sucede esto con la parábola del buen samaritano en el Evangelio de Lucas?
Lucas y parábolas
El buen samaritano es la primera parábola que ocurre en la gran sección de Lucas llamada la narrativa de viaje (9:51-19:27). Jesús ha determinado ir a Jerusalén a pesar del creciente conflicto al que se enfrenta (9.51-56; 13:31-35). Las enseñanzas de Jesús son enfatizadas en esta sección (véase el artículo sobre Lucas.). La narrativa del viaje en Lucas incluye veinticuatro parábolas de las veinte y nueve que contiene el Evangelio. En cambio, el Evangelio de Mateo contiene veinte y tres parábolas y Marcos solo seis.
No existe un consenso sobre el número de parábolas. El índice del libro de Bernard Brandon Scott (título en ingles: Hear Then the Parable) enumera treinta y tres, el índice del libro de John Dominic Crossan (título en ingles: In Parables) enumera treinta y siete y el libro Las parábolas de Jesús de J. Jeremías contiene cuarenta. J. Jeremías utiliza las definiciones más amplias para incluir el mayor número de parábolas.
En el Evangelio de Lucas solo unas pocas parábolas aparecen antes o después de la narrativa de viaje: los niños en el mercado (7:31-35) de Q, la fuente de los dichos que Lucas comparte con Mateo y los dos deudores (7:41-43) de L, la fuente propia de Lucas que no se encuentra ni en Marcos ni en Mateo. El uso que da Lucas a las parábolas de Marcos sigue con frecuencia el orden narrativo del libro en lugar de integrarlas a la sección de la narrativa de viaje. Antes de la narrativa de viaje encontramos la parábola del sembrador (8:5-8) y después de la sección de viajes la de los labradores malvados (20:9-18) y la higuera (21:29-31).
Dentro de la narrativa de viaje, menos de la mitad de las parábolas pertenecen a Marcos y Q. De Marcos son la semilla de mostaza (13:18-19) y el portero (12:35-38). Ocho son de Q: regreso del espíritu inmundo (11:24-26), el ladrón (12:39-40), el siervo que supervisa (12:42-46), ser traído al juez (12:58-59), la levadura (13:20), la gran cena (14:16-24), la oveja perdida (15:4-7) y, al final de la narración de viajes, los talentos (19:12-27).
¿De dónde tomó Lucas las catorce parábolas de la narrativa de viajes que no aparecen ni en Marcos ni en Q? ¿Muestran ellas signos de ser composición del mismo Lucas? No, no lo muestran, pero Lucas es, primero que todo, un estilista y, estas catorce parábolas de Jesús se deben calificar como propias de L.
Se ha afirmado que muchas de las parábolas de Jesús comunican la ipsissima verba (las mismísimas palabras), o la ipsissima vox (la mismísima voz) o ipsissima structura (la mismísima estructura) de la reconstrucción que un historiador hace de Jesús. No afirmamos tal reconstrucción aquí pero estos esfuerzos nos recuerdan, sin lugar a duda, que los relatos parabólicos de Jesús así como sus acciones parabólicas (comer con recaudadores de impuestos, etc.) aportan un aspecto importante a la presentación que Lucas hace de Jesús.
La más famosa serie de parábolas de la narrativa de viaje en Lucas es el grupo de la alegría de encontrar lo que estaba perdido. Esto comienza con la oveja perdida de la fuente Q (un hombre celebra con sus amigos; 15:4-7) y continúa con la moneda perdida de la fuente de L (una mujer celebrando con sus amigas; 15:8-10) y culmina con el hijo perdido (hijo pródigo, un padre celebrando con su familia; 15:11-32).
¿Cuáles son las otras parábolas de la fuente L de Lucas en la narrativa de viaje? Aquí hacemos una simple lista: el buen samaritano (10:30-35), el amigo a medianoche (11:5-8), el joven rico (12:16-21), la higuera estéril (13:6-9), la puerta cerrada (13:24-30), los lugares a la mesa (14:7-11), el constructor de la torre y el que va a la guerra (14:28-32), el mayordomo injusto (16:1- 8), Lázaro y el hombre rico (16:19-31), la recompensa del siervo (17:7-10), el juez injusto (18:1-8), el fariseo y el publicano (18:9-14).
Parábolas y configuración: dos niveles de efectos
¿Cómo funcionan estas parábolas en la historia de Jesús que hace Lucas? Las parábolas en Marcos y Mateo están precedidas a menudo por frases como: «él les habló a través de muchas parábolas», «les dijo otra parábola», «otra vez les dijo una parábola».
En contraste, las parábolas en Lucas son precedidas a menudo por un aspecto del ministerio de Jesús: una curación, una controversia y la mayoría de sus enseñanzas: sobre el Reino de Dios, confiar en Dios, la vida de oración, el arrepentimiento, la esperanza, la humildad y otras cuestiones vitales para la misión de Jesús. Estos comentarios repiten a veces una palabra clave de la parábola, pero más a menudo se repite la palabra clave después de la parábola en un comentario explicativo.
La manera en que estas parábolas funcionan en la historia de Jesús que hace Lucas trae aparejado dos efectos distintos: uno es un efecto de la parábola misma, el cuento tal cual es con su mundo familiar y a menudo «de cabezas». La parábola sacude a los oyentes y les muestra cómo el Reino de Dios está invadiendo su mundo de manera inesperada.
El segundo efecto es el contexto de las palabras. El incidente o la enseñanza o la explicación tiene su propio impacto al lado de la parábola. Este segundo efecto a veces se logra enfocándose en una sola palabra de la parábola, y a veces proporciona un pensamiento adicional, pero relacionado. Incluso pueden existir otros niveles explicativos que proporcionen efectos adicionales u opciones de efectos que acompañen la parábola.
Una manera útil de distinguir los niveles de efecto es imaginar a Jesús diciendo la misma parábola en contextos y en ocasiones diferentes. ¿Cuál es el efecto común que la parábola tendría en los diferentes contextos? Eso sería nivel uno. Entonces en el Evangelio de Lucas (o de Mateo o Marcos) ¿cómo el contexto particular cambia el efecto de la parábola? Seria nivel dos. Ambos niveles pueden proporcionar importantes interpretaciones y reflexiones a los oyentes y lectores.
El buen samaritano
El buen samaritano tiene dos niveles particulares de efecto en Lucas 10:25-37. Uno es el de la parábola misma (Lucas 10:29b- 35) y el segundo el de la conversación de Jesús con el maestro de la ley sobre el amar a Dios y a los compatriotas (Lucas 10:25-29a, 36-37).
La estructura de Lucas 10:25-37 queda demostrada en parte por la sangría y el espaciado de esta traducción:
«Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntó: —Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
Jesús le contestó: —¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees?
El maestro de la ley contestó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”; y, “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Jesús le dijo: —Has contestado bien. Si haces eso, tendrás la vida.
Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?
Jesús entonces le contestó:
—Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto.
Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante.
También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante.
Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva”.
Pues bien, ¿cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos?
El maestro de la ley contestó: —El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo: —Pues ve y haz tú lo mismo.»
Nivel uno: la parábola describe primero un escenario muy familiar y negativo; alguien es asaltado y lo dejan medio muerto, pero los líderes religiosos deciden no ayudarlo. Entonces, ¿qué pasa? Es un samaritano el que brinda ayuda; nadie se lleva bien con estos extranjeros. ¿Qué está sucediendo aquí? El reino de Dios hace que nuestra visión familiar del mundo se voltee «de cabezas». La ayuda de Dios, la verdadera ayuda, proviene de una persona totalmente inesperada. Ahora ¿Cómo vamos a actuar si esta es la manera en que está llegando el Reino de Dios?
Nivel dos: la conversación de Jesús con el maestro de la ley tiene varios aspectos; incluye conflicto, ley, Dios amoroso y compatriotas, juicio sobre quien es un verdadero compatriota y otros aspectos. Después de la presentación de la parábola, las preguntas y las respuestas ahora convierten la parábola en un ejemplo. «Ve y haz» significa además seguir el ejemplo de quien ayudó. Ahora ¿cómo vamos a ayudar a alguien ignorado por otros?
Con muchas parábolas, el segundo nivel de efecto predomina y a veces suprime totalmente el primer nivel de efecto. Esto es más cierto aún en Lucas que en Mateo o en Marcos. Por lo tanto, observar la estructura propia del relato de Lucas con el contexto y la parábola es abrirle la puerta a importantes efectos adicionales de la historia.
Thanks to the support of our faithful financial partners, American Bible Society has been engaging people with the life-changing message of God’s Word for nearly 200 years.
Help us share God's Word where needed most.
Sign up to receive regular email updates from the Bible Resource Center.