Jesús y los animales

Para muchos en los Estados Unidos, la interacción con animales se reduce a las mascotas, las plagas o los cárnicos; sin embargo, la vida de los antiguos israelitas y de los primeros cristianos tenía mayor interacción con los animales. Ellos desempeñaron un importante papel en las historias bíblicas al ser usados como una razón para alabar a Dios y una manera de entender los aspectos de la fe, la humildad y la paz. Examinando las interacciones de Jesús con los animales y sus conversaciones sobre ellos, podremos entender mejor la manera ideal de relacionarnos con la creación.

«Pero pregúntales a las aves, y también a los animales, y ellos te lo contarán todo; ¡te darán una gran lección! Habla con la tierra, y con los peces del mar, y hasta ellos te lo dirán. Ellos saben muy bien que Dios lo ha creado todo. ¡Dios tiene en sus manos la vida de todos los seres vivos!» (Job 12:7-10 TLA). Los dos relatos de la creación de Génesis narran cómo Dios creó los animales de la tierra, el mar y el aire (Génesis 1:20-22; 2:19-20). De hecho, en el segundo relato de la creación, Dios crea a los animales utilizando el mismo elemento de la tierra con que había creado al ser humano (Génesis 2:19). Tiempo después, como respuesta a la corrupción humana, Dios destruyó a todas las criaturas del mundo, salvando a dos de cada especie (Génesis 7:1-24); aunque después del diluvio, Dios hizo una nueva alianza: «jamás volverá a haber una inundación tan grande como para acabar con toda la vida» (Génesis 9:15-16 TLA).

En este pasaje, Dios expresa su preocupación y cuidado con todas las criaturas. En las enseñanzas de los Evangelios se demuestra que los seres humanos no solo tienen la responsabilidad de tener compasión hacia los animales, sino que también deben aprender de ellos sobre la fe y la humildad. Poner atención al papel que ocupan los animales en estas historias nos puede ayudar también a entender quién es Jesús.

Juan el Bautista vio a Jesús que se le acercaba y exclamó: «Aquí viene el Cordero de Dios que quita el pecado de la gente del mundo» (Juan 1:29 TLA). En momentos importantes de los Evangelios, Jesús habita en medio de los animales como un signo de humildad y unidad con la creación de Dios. Nació en un establo y durmió en el pesebre (Lucas 2:17). Al comienzo de su ministerio, se dirige al desierto, viviendo entre animales salvajes (Marcos 1:13). Compara la vida de los animales con su propia vida itinerante (Lucas 9:58). Al final de su ministerio, entra en Jerusalén montado en un burro (Marcos 11:1-10).

Cuando «se sacrificaba el cordero de la pascua» (Marcos 14:12 TLA), comparte la cena de pascua con sus amigos. Jesús es, al final, el «cordero de Dios» entregando su cuerpo por la redención de la creación. La carta a los Hebreos dice que a través de la muerte de Jesucristo, Dios quiso abandonar el sacrificio de animales. Si la ley enseña que se deben hacer sacrificios y ofrendas por los pecados, ¿por qué Jesucristo dice que ya Dios no los quiere? Porque «Cristo vino a cumplir la voluntad de Dios. Es decir, Cristo quitó aquellos sacrificios antiguos, y estableció uno nuevo… Jesucristo obedeció sus órdenes al morir en la cruz, y ofreció su cuerpo como sacrificio una sola vez y para siempre» (Hebreos 10:8-10 TLA).

Jesucristo vive y se identifica con los pobres y vulnerables y con los animales de la creación; ofrece nueva vida al pueblo y ha evitado la muerte de los animales.

«No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan. Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos!» (Mateo 6:25-26 TLA). Jesús nos invita también a nosotros a identificarnos y aprender de los animales. Los pájaros se convierten en un modelo de confianza en la providencia divina (Mateo 6:25-16; Lucas 12:6-7). En la parábola de la semilla de mostaza, los animales también son una metáfora para aquellos que encuentran su hogar en Dios (Mateo 13:31-32). El respeto de Jesús por los animales y su identificación con ellos es una señal de que debemos respetar a los animales y valorarlos como una fuente para entender el cuidado de Dios con la creación.

Esto no quiere decir que los animales siempre recibieron el favor a los ojos de Jesús (Mateo 7:6). Una mujer cananea convence a Jesús de curarla aunque no era israelita, diciendo: «aun los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños» (Mateo 15:27 TLA).

Los humanos y los animales desempeñan papeles diferentes tanto en la Biblia como en el mundo actual. Para el texto bíblico es claro que nuestras vidas están interconectadas con la de los animales desde el momento mismo de la creación, de ellos podemos aprender nuevas maneras de entender a Dios.

Una mirada al texto

Lee alguno de los pasajes sobre los pájaros:

  • Génesis 8:6-12
  • Salmos 104:16-17
  • Eclesiástico 9:12
  • Oseas 11:11
  • Marcos 1:10-12
  • Mateo 6:25-26
  • Mateo 13:31-32
  • Lucas 12:6-7

¿Cómo se describen las aves en el texto? ¿Cuál es su significado? ¿En qué se parece o diferencia a la manera en la que usted percibe los pájaros en su contexto?

Lee Hebreos 10:1-26 y Romanos 8:19-23. ¿Qué significa la redención en Cristo para los animales de la creación?

Una mirada a nuestro mundo

El plan intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Calentamiento Global del 2007 reportó que muchas especies son afectadas y muchas otras serán extintas debido a los cambios climáticos causados por el hombre. Basado en el texto bíblico, ¿crees que Dios estaría molesto con esto? ¿Crees que los seres humanos deben confesar como pecado las actividades que hacen que una parte de la creación de Dios se extinga? ¿Por qué?

Jenny Phillips escribe recursos para iglesias y ministerios. Tiene una Maestría en Divinidad de Union Theological Seminary de Nueva York, NY.

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