Guía de estudio bíblico: Malaquías

Audience: Adult Youth Individuals Format: Web

¿Por qué el libro del profeta Malaquías es especial?

Malaquías es el último libro del «rollo de los doce» en la Biblia hebrea (que los cristianos llamamos a veces los «profetas menores»).

El nombre «Malaquías» significa «mi mensajero» y puede ser el nombre del autor o, simplemente, una descripción del autor como un «mensajero» de Dios, que es el caso del uso de la palabra en el texto hebreo de Malaquías 3:1.

Al parecer, Malaquías pretendía escribir su libro en forma de caso legal en los tribunales porque su mensaje adopta la forma de una discusión, con una interacción de acusaciones y respuestas que se intercambia entre Dios y el pueblo de Judá.

¿Por qué se escribió el libro del profeta Malaquías?

Por amor, Dios eligió al pueblo de Israel ser su hijo predilecto; y por amor, Dios prometió bendecirlo si obedecía sus mandamientos, que incluían reglas para una vida recta y la adoración adecuada. Dios anhelaba que el pueblo respondiera a su amor con gozosa obediencia. Pero el pueblo olvidó una y otra vez el amor de Dios, por lo que sus leyes y rituales parecían algo excesivo. Los animales para el sacrificio tenían que ser «perfectos», las ofrendas para ayudar en el templo debían ser «generosas» y las promesas de matrimonio entre esposos estaban destinadas a durar «para siempre».

Al olvidar el amor de Dios y no creerle, el pueblo perdió su deseo de guardar las leyes y rendirle culto. Los sacerdotes y el pueblo simplemente ignoraron algunas normas y descuidaron la manera de cumplir las otras. Malaquías se escribió para recordar al pueblo el amor de Dios e invitarlos de nuevo a la gozosa obediencia al Señor.

¿Cuál es la historia del libro del profeta Malaquías?

En el año 586 a. C. Jerusalén y su templo fueron destruidos por los babilonios. Muchos de los ciudadanos principales de Judá fueron llevados cautivos a Babilonia. En el año 538 a. C., después de que los persas derrotaran a los babilonios, algunos de los israelitas que habían estado en cautiverio regresaron a Judá y su capital, Jerusalén.

Los profetas Hageo y Zacarías animaron a la gente a reconstruir el templo en Jerusalén y prometieron que vendría una época de felicidad y prosperidad. El nuevo templo en Jerusalén fue terminado y dedicado en el año 515 a. C. Pero Judá no ganó su independencia de Persia, ni alcanzó prosperidad.

Los judíos, que es como se les llamó a las personas que regresaron de Babilonia en este período, continuaron siendo una nación pequeña bajo el control de las naciones más poderosas (bajo Persia hasta el año 333 a. C.; y luego, Grecia hasta la época de dominación romana en el siglo I a. C.).

Malaquías se escribió probablemente entre los años 470-440 a. C., después de la reconstrucción del templo durante la época de Esdras y Nehemías (Esdras 7:1-25; Nehemías 1:1-11; 8:1-13). Durante este tiempo, Judá estuvo bajo el control persa. Los impuestos eran seguramente altos (1:8) y etapas de sequía y plagas en los cultivos, como la nube de langostas, causaron hambrunas (3:10-11). La vida era difícil.

Muchos judíos, incluyendo los líderes espirituales, comenzaron a cuestionarse si el Señor realmente se preocupaba por ellos. Se preguntaban tal vez si valía la pena vivir como Dios esperaba o rendirle culto de la forma correcta.

¿Cuál es la estructura del libro del profeta Malaquías?

Malaquías se escribió como una serie de preguntas y respuestas entre Dios y el pueblo de Israel. El mensaje solo se puede entender con claridad si el lector sabe: ¿cuál es la pregunta? y también, ¿quién es el que habla? Algunas de las preguntas son explícitas, pero a veces el lector tiene que adivinar las preguntas que propiciaron los mensajes de Malaquías.

El siguiente esquema resume el libro de manera general:

Malaquías declara el amor de Dios por Israel (1:1-5)

El pueblo de Israel no puede encontrar ninguna prueba de que Dios los ama. Malaquías les recuerda el amor de Dios comparando su situación a la de sus familiares, los edomitas.

Los sacerdotes son infieles e incumplen sus promesas (1:6-2:16)

El pueblo de Israel ha olvidado cómo amar y honrar a Dios y a los demás. Dios interroga a los sacerdotes por no hacer sacrificios de la manera correcta y sus falsas enseñanzas conducen a que el pueblo haga cosas pecaminosas. Dios también interroga a los que quebrantan sus votos de matrimonio.

Dios promete juzgar a los malvados y recompensar a los justos (2:17-4:6)

El pueblo de Dios no ve ninguna recompensa inmediata por su obediencia o sus generosas ofrendas al templo de Dios. Cuestionan si Dios de verdad se preocupa por la rectitud. Malaquías predice que Dios enviará un mensajero especial para destruir el mal. La lentitud de Dios para actuar es una muestra de su bondad: Dios les está dando otra oportunidad. Si cumplen los mandatos y dan ofrendas generosas comprobarán que Dios ofrece «bendición hasta que sobreabunde» (3.10). Malaquías concluye con un recordatorio final sobre el juicio venidero de Dios. Dios pisoteará el mal y premiará a aquellos que obedecen sus leyes.

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