¿Por qué 1, 2 y 3 de Juan son especiales?

Aunque es común decir que 1 Juan es una carta, este escrito no tiene muchas de las características de una típica carta griega (por ejemplo, carece de los saludos formales que normalmente se encuentran en la introducción y la conclusión). Por lo tanto, bien podría ser considerado como un pequeño tratado u homilía. Teniendo en cuenta la longitud total del texto, 1 Juan hace un sorprendente número de referencias a las Escrituras (por ejemplo, 1:4; 2:1, 7, 8, 12-14, 20, 26; 5:13). Otro elemento a observar es el íntimo lenguaje pastoral que el autor utiliza para referirse a su audiencia. Varias veces los llama «hijitos» (por ejemplo, 2:1, 18, 28; 3:18; 5:21) y «amados» (3:2, 21; 4:1, 7, 11). 1 Juan ha estado siempre vinculado con el Evangelio de Juan porque esta «carta» se refiere a Jesús como la «Palabra de Dios» y subraya que los cristianos deben amarse unos a otros (por ejemplo, 2:10; 3:14, 18, 23; 4:7-12, 16-21). Por otra parte, 1 Juan comparte con el Evangelio un número de expresiones temáticas, tales como luz y oscuridad, verdad, testimonio y conocimiento. Finalmente, 1 Juan deja entrever cómo la iglesia primitiva solucionó desacuerdos entre los primeros seguidores de Jesús.

2 y 3 Juan tienen las características propias de una carta (por ejemplo, saludos en la introducción y conclusión), aunque solo la última está dirigida a un individuo específico (es decir, Gayo). Algunos eruditos consideran a 2 y 3 Juan como «cartas de apoyo» enviadas junto con 1 Juan. Como tales, proporcionan un resumen de los contenidos de 1 Juan que se enfoca en dos puntos principales: la verdad de la encarnación de Jesús y su humanidad, y la inseparabilidad de la fe y el amor mutuo entre los creyentes. La principal preocupación de 2 Juan es que los seguidores de Cristo deben amarse unos a otros y obedecer la verdad. Sin embargo, la preocupación sobre la hospitalidad en 3 Juan está conectada con los temas ya mencionados de 1 y 2 Juan.

¿Por qué se escribieron 1, 2 y 3 de Juan?

Las cartas de Juan fueron escritas para animar a los seguidores de Jesús a permanecer fieles a la verdad. Los tres textos fueron dirigidos a cristianos, pero la obra también contiene una fuerte polémica contra las personas con las que el autor no está de acuerdo. En otras palabras, el autor apoya a los creyentes mientras que, al mismo tiempo, ataca fuertemente la posición de sus oponentes. La discusión teológica más importante de estos textos es que Jesús, el Hijo de Dios, fue verdaderamente humano y derramó efectivamente su sangre para limpiar los pecados (1:7). Algunos seguidores creían falsamente que Jesús solo parecía un ser humano, pero en realidad era un ser puramente espiritual. Estos maestros también creían que la vida espiritual era superior a la vida moral y el conocimiento espiritual era más importante que las normas morales. Ellos enseñaban que las normas morales eran solo para aquellas personas que no podían ver más allá del nivel físico de la vida. Por ejemplo, creían que su renacimiento espiritual impedía que ellos pecaran, por lo que no tenían pecados que confesar (1:9-10). Como respuesta, el autor de 1 Juan argumenta que Jesús «tenía un cuerpo verdaderamente humano» (4:2) y es verdaderamente hijo de Dios (2:22; 3:23), y que los verdaderos hijos de Dios («los hijos de luz») son aquellos que obedecen a Dios y se aman los unos a los otros (3:11-24). Solo aquellos que creen que Jesucristo fue verdaderamente humano y que aman de verdad tienen vida eterna.

Además de animar a los seguidores del Señor, 2 Juan les advierte acerca de los mentirosos y enemigos de Cristo que reclamaban que Jesucristo no era realmente un ser humano y que pertenecía solo al mundo de los espíritus. Es posible que el autor estuviera luchando con ideas que más tarde llegaron a ser asociadas con el gnosticismo, que consideraba a todo el universo físico y material como algo malo. Ellos argumentaban que si Jesús era Dios, él no podía haber sido humano puesto que los seres humanos son parte del universo creado. También alegaban que un entendimiento espiritual y superior los separaba del mundo físico. El autor de 2 Juan dice que los seguidores del Señor no deben hospedar a estos mentirosos en sus hogares porque hacerlo sería como aceptar su falso mensaje también, y los creyentes podían corren el riesgo de alejarse de lo que habían aprendido acerca de Cristo (versículo 10).

El escritor de 3 Juan ofrece oraciones y le da gracias a su amigo, Gayo, quien había sido hospitalario con los seguidores del Señor que viajaban por su zona con el mensaje de Jesús. Un líder de la comunidad de la iglesia de Gayo –llamado Diótrefes– se había negado a recibir a los seguidores del Señor y estaba instando a otros a no recibirlos tampoco. La carta recomienda a Gayo a seguir dando la bienvenida a los seguidores del Señor, aunque Diótrefes la niegue.

Tomados en conjunto, los temas, el estilo general y el tono de estos textos sugieren que fueron escritos con el fin de animar y prevenir, implícitamente, a los creyentes, censurando fuertemente la teología de los opositores para que la comunidad de la iglesia a la que se enviaron las cartas no cayera en la tentación de alejarse de sus creencias.

¿Cuál es la historia de 1, 2 y 3 de Juan?

1 Juan fue escrito probablemente en el siglo I o a principios del siglo II d. C. Al momento de ser escrito, la iglesia primitiva estaba tratando de determinar qué hacia que alguien fuera un verdadero hijo de Dios, y se puede concluir de los tres textos que sus destinatarios estaban experimentando una gran división. Como muchas de las cartas de Pablo, 2 y 3 Juan son como una ventana a los problemas que las distintas iglesias locales experimentaban a finales del siglo I d. C. Estas pequeñas cartas pueden proporcionar ideas muy útiles para los líderes de la iglesia de hoy, porque muchos de estos problemas –como las maledicencias, la verdadera doctrina o las luchas entre líderes– no son exclusivos del siglo I. Por otra parte, en este período estaban surgiendo muchas nuevas religiones. Una de estas nuevas religiones que estaba de moda era el gnosticismo, un movimiento que describe el mundo físico como malo y el mundo espiritual como bueno. Los gnósticos creían que el objetivo de la vida era obtener un conocimiento especial que los liberaría del mundo físico. Creían que este conocimiento superior los separaba de este mundo corrupto. Pero el autor de 1 Juan muestra que Dios creó el mundo y envió a Jesús a liberarlo del mal y a unir el mundo físico con Dios.

Como nota interesante, Ireneo fue el primero en mencionar a 1 Juan (hacia el 180 d. C.), y lo hizo para atacar a los cristianos gnósticos. El texto fue reconocido como canónico alrededor del siglo IV, y su autoría fue atribuida al apóstol Juan, considerado también como el autor del cuarto Evangelio. Las preguntas sobre la autoría no están resueltas, se complica cuando 2 y 3 Juan son incluidas en la ecuación. Estas dos cartas parecen haber sido escritas por el mismo individuo. Sin embargo, difieren significativamente de 1 Juan y el cuarto Evangelio ya que el autor se describe a sí mismo como «el anciano». Dadas las similitudes temáticas, lingüísticas, teológicas y cristológicas entre el cuarto Evangelio y cada una de las cartas joánicas, lo más probable es que sin importar cuántos autores son responsables por los distintos textos, todos eran sin lugar a dudas miembros de la misma comunidad.

«El anciano a la señora elegida y a sus hijos» (versículo 1, RVR 1960) y «tu hermana, la elegida» (versículo 13, RVR 1960) se refieren probablemente a grupos de seguidores del Señor (comunidades de la iglesia) y no a dos individuos. Tal vez, incluso es una referencia a una o varias iglesias cercanas.

¿Cuál es la estructura de 1, 2 y 3 de Juan?

Un número de eruditos bíblicos ha señalado que 1 Juan carece de una estructura claramente discernible, lo que dificulta llegar a un consenso. La siguiente estructura es solo una posible manera de esbozar el contenido y el mensaje del libro:

1 Juan

• Prólogo (1:1-4)
• Vivir en la luz (1:1-2:17)
• La luz y la oscuridad (1:5-2:11)
• Los creyentes y el mundo (2:12-17)
• La verdad y la mentira (2:18-4:6)
• La verdad y la vida (2:18-29)
• Los hijos de Dios y los hijos del diablo (3:1-24)
• El discernimiento de los espíritus de la verdad y del error (4:1-6)
• El amor de Dios y sus efectos (4:7-5:12)
• El amor de Dios y la comunidad cristiana (4:7-5:5)
• El Hijo y el testimonio del Hijo (5:6-12)
• Epílogo: El conocimiento correcto y la acción correcta (5:13-21)

2 Juan tiene el estilo de una carta y puede dividirse de la siguiente manera:

• Saludo (1-3)
• La obediencia a la verdad y vivir en el amor (4-13)
• El amor mutuo (4-6)
• El peligro de los engañadores (7-9)
• La protección de la hospitalidad (10-11)
• Despedida (12-13)

3 Juan tiene también el estilo de una carta y puede dividirse de la siguiente manera:

• Saludo y elogio (1-8)
• Elogio por caminar en la verdad (2-4)
• Elogio por apoyar misioneros (5-8)
• Diótrefes y Demetrio (9-12)
• Critica de Diótrefes (9-10)
• Elogio a Demetrio (11-12)
• Despedida (13-15)