Clases de proverbios
Los sabios dichos encontrados en el libro de los Proverbios pueden agruparse de diferentes maneras. En general, los dichos se pueden definir como declaraciones de verdad —«Las palabras dulces son un panal de miel» (16:24); o como instrucciones —«El que atiende la corrección va camino a la vida» (10:17a). Además, los dichos se clasifican según su forma o estilo. Un estilo común sigue la forma de la poesía hebrea conocida como «paralelismo». En frases paralelas, la segunda parte puede estar de acuerdo con la primera o contrariarla. Esta gráfica presenta algunas de las formas, o estilos, que se utilizan en la creación de los proverbios.
Formas o estilos del proverbio | Ejemplos |
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«El odio provoca peleas, pero el amor perdona todas las faltas». (10:12) «Ir tras la justicia conduce a la vida, pero ir tras la maldad conduce a la muerte». (11:19) |
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«La norma de los justos es apartarse del mal; cuidar la propia conducta es cuidarse uno mismo». (16:17) «Con sabiduría se construye la casa, y con inteligencia se ponen sus cimientos; con conocimientos se llenan sus cuartos de objetos valiosos y de buen gusto». (24:3-4) |
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«Hasta el necio pasa por sabio e inteligente cuando se calla y guarda silencio». (17:28) «Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte». (14:12) |
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«El hierro se afila con hierro, y el hombre con otro hombre». (27:17) «Un rey furioso es como un león rugiente; quien lo provoca, pone su vida en peligro». (20:2) |
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«Anillo de oro en hocico de cerdo es la mujer bella de poco cerebro». (11:22) «El espíritu que Dios ha dado al hombre es luz que alumbra lo más profundo de su ser». (20:27) «Igual que un león rugiente o un oso voraz es el malvado que gobierna a un pueblo pobre». (28:15) |
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«Hay tres cosas, y hasta cuatro, que me asombran y no alcanzo a comprender: el camino del águila en el cielo, el camino de la víbora en las rocas, el camino de un barco en alta mar y el camino del hombre en la mujer». (30:18-19) |
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«Entrégate por completo a buscarlos, cual si buscaras plata o un tesoro escondido. Entonces sabrás lo que es honrar al Señor; ¡descubrirás lo que es conocer a Dios!». (2:4-5) «Meterse en pleitos ajenos es agarrar a un perro por las orejas». (26:17) «Pero no descubras el secreto ajeno; pues alguien puede oírte y ponerte en vergüenza». (25:9-10) |
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